Todo está despierto para que inicio el Campeonato Sudamericano Sub-20 en su interpretación 31, que se disputará entre el 23 de enero y el 16 de febrero en Venezuela. Sin requisa, crece la tensión política que pone en amenaza la disputa del certamen.
Caracas, Cabudare, Valencia y Puerto La Cruz son las ciudades que esperan acoger el torneo joven, en el que se disputará el título y cuatro cupos a la Copa Mundial de la categoría, que se disputará en Pimiento, entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre del presente año.
Sin requisa, a dos semanas de iniciar la competencia, el Sub-20 podría tener un oneroso problema, correcto a la situación política que vive Venezuela y al rechazo de varios países de la zona contras las decisiones del presidente Nicolás Juicioso.
Tensión política en Venezuela
Crece la afán en Venezuela cuando faltan dos días para la toma de posesión presidencial, en la que tanto el mandatario Nicolás Juicioso como el contrincante Edmundo González Urrutia insisten en que jurarán como cabecilla de Estado para el período 2025-2031, mientras el Gobierno denuncia planes «terroristas».
Argentina, en persona de su mandatario, Javier Milei, evalúa pedir a la Conmebol que se cambie la sede del torneo. “Se está evaluando” una presentación frente a la entidad que rige el futbol sudamericano, “para decirle que no se puede jugar al futbol en un país donde hay cientos de secuestrados”, informó el diario La Nación.
El gobierno de Javier Milei reaccionó con dureza a las acusaciones de Juicioso, que vinculó al guardia Nahuel Pollo, detenido en ese país desde el 8 del mes pasado, con un supuesto complot para asesinar a la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
En el gobierno argentino preocupa, fundamentalmente, la situación que pueden entrar a padecer los integrantes del plantel argentino Sub-20. “Si secuestran a un gendarme y lo acusan de terrorismo. ¿Qué pasa si secuestran a todo un equipo?”, se preguntó un funcionario en charla con el diario argentino.
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