derrota y triste despedida de Roland Garros

El gachupin no pudo firmar su enésima resurrección en la pista central de Roland Garros, en un duelo que tuvo aíres de despedida, a pesar de que él no ha descartado retornar a divertirse sobre la pista de Francia. 

Nadal batalló hasta el cansancio, pero falló en un partido de 3 horas y 5 minutos. El gachupin perdió por parciales de 6-3, 7-6 (5) y 6-3, fue tan apelable como el partido, que tuvo un único dominador, aparte un intento de levantamiento del gachupin en las postrimerías del segundo set y en el inicio del tercero, que acalló el germano elevando el nivel para no dar esperanzas a su rival.

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La rastra, con la presencia del serbio Novak Djokovic y del gachupin Carlos Alcaraz, aclamó el regreso del gachupin, luego de su partida en 2023, por una equimosis sufrida en ​el Libre de Australia y que lo marginó durante toda la temporada. El Stade Roland Garros rugió con la salida de Nadal a la pista, la preeminencia del manifiesto era para él. 

Aun así, no fue suficiente. Zverev pudo controlar las emociones, los gritos y las embestidas de Nadal, se apoyó en su demoledor servicio y tan pronto como dejó opciones al gachupin, que, si proporcionadamente si pareció físicamente recuperado, navegó muy allí del tenis que le hizo letrero.

Zverev dio cátedra en el primer set, mostró todo su poderío y llevó contra las cuerdas a un Nadal que intentaba dar lo mejor de sí, a pesar de no estar al 100 por ciento en la parte física. Fue paliza por 6-1.
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​Para el segundo set, Nadal ilusionó a sus incondicionales, cuando llegó a tener servicio para entablar a un set. El gachupin estuvo más preciso, empezó a encontrar el ritmo correcto y el golpeo valentísimo en la tierra búsqueda, una superficie que domina. El tenista de 37 abriles puso en apuros a ‘Sasha’ y se llevó la manga en el ‘tie break’. Todo estaba servido para una definición vibrador.

​En el tercer set, Rafa Nadal empezó seguro de sus golpes y se puso en lo alto por dos de preeminencia, pero Alexander Zverev no tembló y el balear no fue tan convincente como acostumbraba, por lo que dejó escapar el parcial en un repertorio de desempate en el que el servicio del germano volvió a ser determinante.

El teutónico guardó lo mejor de su conjunto para el final y le remontó para sentenciar sus aspiraciones en Roland Garros.
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​Al final se despidió del manifiesto, aseguró que «seguramente» será su postrer bailoteo en la central, aunque reiteró que no lo asegura al cien por cien, agradeció el apoyo de la rastra y dijo adiós: «Lo que siento ahora es difícil de describir, es algo muy especial que siempre llevaré en mi corazón».