Argentina pisó en firme en su estreno en la Copa América de Estados Unidos al derrotar a Canadá, 2-0, con goles de Julián Álvarez y Lautaro Martínez.
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Argentina tuvo un primer tiempo discreto, en el que le costó elaborar su fútbol habitual y conectar con sus hombres de ataque. El recreo brillante de Argentina se hacía esperar.
Mientras tanto, Canadá cerraba los espacios y lanzaba unos ataques con los que intentaba sorprender. En uno de esos el cancerbero Dibu Martínez tuvo su gran atajada de la tinieblas al detener un cabezazo al calle que llevaba todo el tóxico.
Pero en la segunda parte Argentina fue más parecida a Argentina. Las opciones se empezaron a crear con decano contundencia. El balón empezó a circular en el ataque, con Messi como director de fanfarria.
Fue así como en tan solo 4 minutos de es a salvo complementaria apareció Julián Álvarez para clavar el primer tanto del partido.
Argentina quiso el segundo gol, lo buscó, Messi estuvo muy cerca pero su remate pasó cerquita.
Pero luego el propio Messi lanzó un pase filtrado excelente y Lautaro Martínez no lo desaprovechó y puso el segundo tanto
Trofeo sólida de Argentina
En medio de un concurrencia de optimismo del que era difícil de sustraerse, el equipo de Lionel Scaloni salió dispuesto a solventar el choque por la vía rápida. A ello ayudó la fuerte desafío de Jesse Marsch, que adelantó la defensa hasta el centro del campo, juntó líneas y no rehuyó el ataque.
Su meta no alpargata esta competición, sino el Mundial, y apostó por mirar a la cara al campeón del mundo. Una temeridad si te enfrentas a Gracia di María o Leo Messi con tantos metros a tu espalda.
Messi hace su brujería
En diez minutos pudieron dar por solventado el partido, pero el primero estrelló el balón contra el cuerpo del cancerbero Maxime Crepeau, tras recorrer 20 metros en solitario, y al segundo se le fue por centímetros más allá del poste. Canadá pudo irse al refrigerio goleada (un remate desde fuera del dominio de Leandro Paredes, un cabezazo flojo de Alexis Mc Allister), pero todavía encontró motivos para reanimar su desafío, porque al desborde por la manada izquierda de Alphonso Davies solo le faltó rematador y, sobre todo, porque solo Emiliano Martínez, pleno de reflejos, evitó que Liam Millar, a bocajarro, diese la sorpresa (m.43).
No le alcanzó para más, porque al manifestación del segundo tiempo Messi encontró al borde del dominio a Mc Allister que se topó con el meta y el rechace lo aprovechó a placer Julián Álvarez, para reanimar la desafío de Scaloni, capaz de dejar en el banquillo al mejor atleta de la Serie A.
Luego la entrada de Lautaro con tiempo suficiente para equivocarse un gol y anotar otro (m.88, tras pase de su capitán, contentó a todos. Y si no hubo ventura plena fue porque Messi, pese a plantarse solo en dos ocasiones delante la meta canadiense, no marcó.
No importa, porque el devorador de récords ha puesto la mirilla en la marca de los mejores artilleros, del que, con 13, le separan cuatro goles. Quiere sentarse a la mesa de Zizinho y Tucho Méndez ayer de su despedida.
DEPORTES CON EFE